miércoles, 24 de noviembre de 2010

Jacobo Dalevuelta-Cariño a Oaxaca (1).

Plácida noche en que comienzo a escribir este libro que es de cariño! ...¡Así fueran mis horas de siempre!, sin renconres, ni amarguras pobres. Fuera, más allá de mi balcón abierto, sobre mi cabeza, hay luz de plata que viene del misterio de la noche. Las estrellas tejen filigranas de ilusión y la luna, a medio envejecer en este décimo mes, parece que me mira con expresión dulce, recreada en íntima añoranza, como es la mía.

No siento calor ni frío. Hay en todo vivir sedante; ambiente aromado de jazmín; todo es tibio y apacible...

Plácida noche, la de ahora, en que comienzo este libro que es de cariño! Me propongo escribirlo a mano, para que resulte más mío; íntimamente mío y para que no lastime al pensamiento, la indiferencia grosera de la mecanica. En cada palabra o período se observará un poco más de mi voluntad, un poco más de mi propia emoción.

Placida noche mía!...¡Todo me acaricia! Aquí mismo, muy cerca, hay música. es ritmo, es la quietud de una respiración. Duerme en su alcoba, que a estas horas pueblan las visiones gratas, mi pequeño continuador, el que lleva el nombre de mi agrado y goza de mi cariño perfecto. Y cuando aquel respira euforicamente -porque es niño bueno y niño sano-yo recojo sus alientos y los penetro en el espíritu para escribir mejor este libro que es de cariño...

Plácida noche mía!...

Hay en el ambiente aroma de flor. Sueña el pequeño. Luz de luna y luz de estrellas manchan de blanco el herraje negro del balcón.

De pronto la voz del cilindro esquinero, troncha el silencio de las cosas y de su entraña escapan las notas de manoseada canción de arrabal.

Por el fin de la calle inmediata surge estridente el grito locotomoril....Seguir de ruido pesado de un rosario rodante. ¿Va? ¿Viene?...Si es lo primero, seguro que habrá riego de lágrimas de ausencia; si es lo segundo, habrá pechos elevados por la emoción de llegar a una meta ilusoria; pero una meta al fin; llegar a un término...¿Quién no se ha despedido? ¿Quién no ha vuelto?

Yo voy ya, Caballero en un rayo de ensueño, rumbo a ti, novia cordial, mi novia de ayer y de siempre. Llevo bajo la camisa la misma carta en azul que ofrece amores y promete dichas en la ternura de un beso...Un beso que será eterno un día, el día en que vuelva liberado, limpio, radiante a ejecutar el desposorio contigo, tierra de maravilla, novia cordial, novia de siempre!

Pero quiero que antes vayan otros, no a dormir en tí, sino a placer en ti. Les llevaré asidos por mi mano, estimulados por mi cantar de amor a visitarte, a sentirte en sí mismos, a palpitar sus corazones en tí.

Quiero que vayan otros a mirarte. A llenar sus ojos de visión. Por eso he de llevarlos de la mano -sol conductor, guía luminoso-, por tus caminos; por las riberas de los ríos broncos, majestuosos; por las cuencas rocosas, por las gargantas y por las cumbres de las montañas erizadas con "candelabros que se mecen"...He de llevarlos en la fatigosa ascención hasta la cima de "Las Sedas", para que sientan la caricia sensual del viento montañero que huele a encinar y que desciendan después por la ruta del Atoyac, hacia los planos de alfalfar, hacia la mesas de los trigales de Etla y lleguen y pasen bajo el dintel azul, por la puerta grande del Marquesado...

Entonces comenzarán a quererte; me contarán su impresión agradable, amorosa. Después pasarán por la calle Real para que reciban la sonrisa de la "Virgen de Piedra"...La "Virgen de Piedra" nos despide a los nativos el día de la partida rumbo al ensueño y nos envuelve en la tarde gris en que tornamos cubiertos por el povo del caminar largo, fatigados por las jornadas de muchos agostos a buscarte a ti, novia inolvidable, que también nos esperas.)

...Después recorrerán tus calles y aprenderán a querer a tus piedras verde-luz; amarán en tus ruinas seculares, el pasado grande; cantarán romances frente a las ventanas de donde brota luz de ojos que miran, ojos que interrogan, hurgan, ofrecen y esperan. Beberán del agua cantarina de manantial que viene desde el hontanar de San Felipe, en un caño sombreado por las ramas de la magnolia. Llenarán sus ánforas con perfumes de rosas y con mieles de abejas...

Cuando hagamos viaje de regreso, cuando les deje otra vez en estas tierras altas e inclementes, serán voceros de tus glorias y pregonarán, en tono de himno, lo que eres y lo que vales -oro de calidad- novia cordial y única de mis amores!

...........................

Plácida noche la de ahora, en que comienzo a escribir este libro que es de cariño!

No hay comentarios:

Publicar un comentario