lunes, 15 de noviembre de 2010

Enrique González Martínez-¡Oh Belleza!

Doquiera surges de esplendor bañada,
y ostentan en tu culto los laureles
con poemas de mármol, Praxitelers,
y Homero con los bronces de su Ilíada.

¡Oh belleza inmortal! En la mirada
de púdica doncella, en los dinteles
de la alcoba nupcial, en los crueles
páramos del dolor estás posada.

Suena la voz del genio, y al instante,
de la miseria misma hace que brote
tu luz esplendorosa y deslumbrante.

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