Ama el carácter, ama la fuerza,
la irrevocable serenidad,
el brío, el nervio del alma incólume,
ante las rabias del huracán,
los desamparos de las catástrofes
y las bermejas furias del mal.
Pero sé firme, diáfanamente,
indomeñable, con suavidad:
no la ceñida playa de rocas,
agria y soberbia, brusca y rival,
sino la playa de arena humilde
en donde muere vencido el mar,
no con clamores broncos de guerra,
sino con mansos ritmos de paz.
gracias por subir este pequeño poema ,,, lo aprendí cuando estaba en la secundaria,,, y siempre tuve la idea de que era de Salvador Diaz Mirón olvide que quien lo escribió fue Alfonso Junco... gracias por subirlo en la nube .
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